WAIT A MINUTE, WAIT A MINUTE MR. DENTIST
Mi dios!!! Cómo sufriste. Acabás de pasar por la tortura del sillón del dentista que no tuvo otro remedio que sacarte una muela porque la raiz se rompió, lo cual hizo la cosa aun más complicada.
Hace días que sabés que hoy es el día. Hace días que venís preparándote física y psíquicamente para semejante horror show. Llegás a la hora señalada pero ( y esta vez por suerte) hay alguien atendiéndose y un señor esperando ser atendido, lo cual significa, si tus cálculos no te fallan, que tenés para una hora mínimo de relax y acostumbramiento a la idea. Sacás tu librito, sacás tu Sansa y te enchufás con ambas cosas muy a pesar de la secretaria que te hace dos preguntas dos veces porque la primera vos ni te enterás.
Esta vez es la primera vez que ROGÁS que la dentista tarde en atenderte. No querés, te resistís. Para exorcisar un poco tu calvario le mandás un mensaje de texto da tu hermana, que seguro te entiende y te alivia, pero no, debe estar en cualquier otro lado, lejos del celular porque no te contesta. (Ahora sí lo hizo pero ya no tiene gracia porque ya todo pasó)
Te llaman, te sentás en el verde que te quiero verde sillón y notás cierta taquicardia impropia de tí. Vamos cariño, relax! Te aflojás un poco, te corrés el pelo que está tan limpio y brilloso y qué pena se te va a aplastar todo! Te ponen ese babero ridículo que detestás y te bajan, mucho para tu gusto.
Llega ella, que por suerte es la mejor dentista que pudiste conseguir hasta ahora. No sólo porque su consultorio es una maravilla de modernidad y pulcritud sino porque ella da clases en la facultad y le encanta explicar todo. Es docente de alma y eso siempre te fascina. Te gusta que te explique aunque use términos que nunca entenderás, pero hacés como que sí y escuchás absorta. Después de todo se trata de vos y tu cuerpecito.
Comienza el cadalso, escuchás una música muy feucha que está puesta en la radio y ella encima canta en tu oído. Cómo quisieras enchufarte tu mp3 con Marlango o Lisandro, algo que te transporte y te quite de esta pesadilla. Pero no, queda mal, si te habla no sólo no podés hablar por el caño ese que te absorbe la saliva, al cual detestás cada día más, sino que ni la escucharías. Mejor te bancás esas canciones melosas en castellano del tipo Arjona que te relajan (pero de asquete)
Va prendiendo la anestesia después de dos injustos pinchazos. "Yo no me merezco esto", pensás estúpidamente. Se te acolchona la boca, la lengua, el cachete, la mente, tenés todo acolchonado y te dejás llevar. Ella empuja, pone y saca herramientas plateadas con formas agresivas, puntudas que lastiman. Van y vienen de adentro de tu boca. Vos mirás de reojo, mejor cerrás los ojos, pensás, pero no, esa idea no te dura mucho, querés ver, no sea cosa que se le zafe la mano y te corte la nariz. Mirás todo pero eso no te alivia absolutamente nada. Respirás profundo y rezás para que pase rápido.
En el medio de la cosa, entran y salen dos cuasi adolescentes que acaban de empezar a trabajar con ella y no entienden mucho de nada. Están aprendiendo, y bue... eso tenés que comprenderlo. Pero justo con vos...! Ella da instrucciones y las niñas las siguen un poco perdidas. Esto significa que las instrucciones deben ser repetidas, mientras tu boca sigue abierta de par en par, los labios secos, el caño ese que te absorbe hasta el cerebro y tus ojos que se revolean de acá para allá para controlar el panorama imperante. Mientras tanto sigue sonando alguna melodía espantosa en la radio ambiental, pero te viene bien, por lo menos pensás en cuánto abominás ese tipo de música y eso te distrae unos segundos. De pronto, mágicamente al sonidista de la radio se le ocurre pasar "Me haces bien" de Drexler, lo cual te alegra y tomás como una señal. Querrá decir que esto es absolutamente necesario para tu bien y entonces mejor no digas ni mu y portate bien. No sé si notaste que te puse "bien" varias veces para convencerte. Gracias, Jorge!
Lo más gracioso es que ella te pide, te ruega que pienses en algo lindo, insiste con la idea y vos no querés. Tus cosas lindas no se mezclan con bocas sangrantes, ni gestos espantosos de labios estirados por manos de dentistas que quedan cero seductores. Tus cosas lindas son para la almohada, para la playa al sol, para un tren en la campiña francesa o para donde se te ocurra pensarlas, MENOS para el sillón del dentista en situación de extracción de molar. Tus ideillas fantásticas no merecen mezclarse con semejante fatalidad.
DOS HORAS DESPUÉS
De vuelta en tu casa, con hielo en el cachete derecho, te sentás a refugiarte en tu blog que escucha pacientemente todas tus atrocidades. Esta es una más. No te atrevés a llamarla COSA TONTA 11. De tonta no tiene nada. Tu boca ya no es la misma y eso es muy serio. Te dan ganas de llorar por los rincones.
Pero no, vos no llorás por cosas como esta. Vos escribís en tu blog.
Hace días que sabés que hoy es el día. Hace días que venís preparándote física y psíquicamente para semejante horror show. Llegás a la hora señalada pero ( y esta vez por suerte) hay alguien atendiéndose y un señor esperando ser atendido, lo cual significa, si tus cálculos no te fallan, que tenés para una hora mínimo de relax y acostumbramiento a la idea. Sacás tu librito, sacás tu Sansa y te enchufás con ambas cosas muy a pesar de la secretaria que te hace dos preguntas dos veces porque la primera vos ni te enterás.
Esta vez es la primera vez que ROGÁS que la dentista tarde en atenderte. No querés, te resistís. Para exorcisar un poco tu calvario le mandás un mensaje de texto da tu hermana, que seguro te entiende y te alivia, pero no, debe estar en cualquier otro lado, lejos del celular porque no te contesta. (Ahora sí lo hizo pero ya no tiene gracia porque ya todo pasó)
Te llaman, te sentás en el verde que te quiero verde sillón y notás cierta taquicardia impropia de tí. Vamos cariño, relax! Te aflojás un poco, te corrés el pelo que está tan limpio y brilloso y qué pena se te va a aplastar todo! Te ponen ese babero ridículo que detestás y te bajan, mucho para tu gusto.
Llega ella, que por suerte es la mejor dentista que pudiste conseguir hasta ahora. No sólo porque su consultorio es una maravilla de modernidad y pulcritud sino porque ella da clases en la facultad y le encanta explicar todo. Es docente de alma y eso siempre te fascina. Te gusta que te explique aunque use términos que nunca entenderás, pero hacés como que sí y escuchás absorta. Después de todo se trata de vos y tu cuerpecito.
Comienza el cadalso, escuchás una música muy feucha que está puesta en la radio y ella encima canta en tu oído. Cómo quisieras enchufarte tu mp3 con Marlango o Lisandro, algo que te transporte y te quite de esta pesadilla. Pero no, queda mal, si te habla no sólo no podés hablar por el caño ese que te absorbe la saliva, al cual detestás cada día más, sino que ni la escucharías. Mejor te bancás esas canciones melosas en castellano del tipo Arjona que te relajan (pero de asquete)
Va prendiendo la anestesia después de dos injustos pinchazos. "Yo no me merezco esto", pensás estúpidamente. Se te acolchona la boca, la lengua, el cachete, la mente, tenés todo acolchonado y te dejás llevar. Ella empuja, pone y saca herramientas plateadas con formas agresivas, puntudas que lastiman. Van y vienen de adentro de tu boca. Vos mirás de reojo, mejor cerrás los ojos, pensás, pero no, esa idea no te dura mucho, querés ver, no sea cosa que se le zafe la mano y te corte la nariz. Mirás todo pero eso no te alivia absolutamente nada. Respirás profundo y rezás para que pase rápido.
En el medio de la cosa, entran y salen dos cuasi adolescentes que acaban de empezar a trabajar con ella y no entienden mucho de nada. Están aprendiendo, y bue... eso tenés que comprenderlo. Pero justo con vos...! Ella da instrucciones y las niñas las siguen un poco perdidas. Esto significa que las instrucciones deben ser repetidas, mientras tu boca sigue abierta de par en par, los labios secos, el caño ese que te absorbe hasta el cerebro y tus ojos que se revolean de acá para allá para controlar el panorama imperante. Mientras tanto sigue sonando alguna melodía espantosa en la radio ambiental, pero te viene bien, por lo menos pensás en cuánto abominás ese tipo de música y eso te distrae unos segundos. De pronto, mágicamente al sonidista de la radio se le ocurre pasar "Me haces bien" de Drexler, lo cual te alegra y tomás como una señal. Querrá decir que esto es absolutamente necesario para tu bien y entonces mejor no digas ni mu y portate bien. No sé si notaste que te puse "bien" varias veces para convencerte. Gracias, Jorge!
Lo más gracioso es que ella te pide, te ruega que pienses en algo lindo, insiste con la idea y vos no querés. Tus cosas lindas no se mezclan con bocas sangrantes, ni gestos espantosos de labios estirados por manos de dentistas que quedan cero seductores. Tus cosas lindas son para la almohada, para la playa al sol, para un tren en la campiña francesa o para donde se te ocurra pensarlas, MENOS para el sillón del dentista en situación de extracción de molar. Tus ideillas fantásticas no merecen mezclarse con semejante fatalidad.
DOS HORAS DESPUÉS
De vuelta en tu casa, con hielo en el cachete derecho, te sentás a refugiarte en tu blog que escucha pacientemente todas tus atrocidades. Esta es una más. No te atrevés a llamarla COSA TONTA 11. De tonta no tiene nada. Tu boca ya no es la misma y eso es muy serio. Te dan ganas de llorar por los rincones.
Pero no, vos no llorás por cosas como esta. Vos escribís en tu blog.
4 comments:
con todo el cariño:
you'll be a dentist...
http://www.youtube.com/watch?v=KNWekDvR4nI
un abrazo!
Thanks, Flatline! You've changed my mood!
Un ataque de asesino serial hubiese sido un cuento infantil!!!
Tenía que ir al dentista....pero esperaré a estar peor.
Mis condolencias por esa muelita perdida....
BABY"The dentist murderer"
Lamento haberte espantado. Tu dentista no me lo perdonará jamás.
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