GYM AGGIORNADO
Volviste a tu gym para encontrarte con dos novedades: una es que comenzó la
construcción de la piscina, que quedará espectacular según muestran los dibujos tridimensionales de los arquitectos puestos ahí en la entrada para amainar el efecto contraproducente de los ruidos que hacen los obreros mientras vos sufrís. Decí que acabás de comprarte un Sansa (contrariando a los APPLE lovers) que parece haber llegado en el momento indicado.
La segunda novedad es que tu querido y bien intencionado trainer,
mientras vos estabas de vacaciones, no tuvo mejor idea que cambiarte la rutina agregando ejercicios casi imposibles que debés hacer sobre bancos con mancuernas más pesadas e implementos de tortura varios. Igualmente, conservando tu espíritu emprendedor, te autoconvencés de que vos podés más, siempre y seguís tratando de comprobar si
mens sana in corpore sano es o no una falacia.
Agotada, volvés a tu casa confiando en que te espera una ducha reparadora y las delicias que él te preparó con dedicación. Hoy es un sábado redundantemente sabático. Te
podés desplomar tranquila sobre tu teclado y disponerte a etiquetar tu día. Siempre te tranquilizó poner todo en palabras. Words, do come
easily.
Anoche mentiste. Bah, no fuiste exacta en tu post anterior. Cuando te disponías a apilar nuevamente tus libros - porque honestamente no sé qué te está pasando que estás tan desordenada con tus papeles - resultó que English Breakfast capturó tu noche derrotando contundentemente a Arte Menor, al igual que Serena destrozaba implacablemente a María Sharapova en tu TV ( o en Melbourne, si hablamos con propiedad) Así fue que te dormiste entre sus páginas, al son de Azules Turquesas, que siempre te pierde. Adorás dormir con música como cuando ponías la radio negra chiquitita abajo de la almohada para nunca jamás apagarla antes de dormirte. Ahora, tu nueva adquisición te permite programar Sleep y entregarte tranquila a las lujurias oníricas que sostienen tu cordura, so to speak.
construcción de la piscina, que quedará espectacular según muestran los dibujos tridimensionales de los arquitectos puestos ahí en la entrada para amainar el efecto contraproducente de los ruidos que hacen los obreros mientras vos sufrís. Decí que acabás de comprarte un Sansa (contrariando a los APPLE lovers) que parece haber llegado en el momento indicado.
La segunda novedad es que tu querido y bien intencionado trainer,
mientras vos estabas de vacaciones, no tuvo mejor idea que cambiarte la rutina agregando ejercicios casi imposibles que debés hacer sobre bancos con mancuernas más pesadas e implementos de tortura varios. Igualmente, conservando tu espíritu emprendedor, te autoconvencés de que vos podés más, siempre y seguís tratando de comprobar si
mens sana in corpore sano es o no una falacia.
Agotada, volvés a tu casa confiando en que te espera una ducha reparadora y las delicias que él te preparó con dedicación. Hoy es un sábado redundantemente sabático. Te
podés desplomar tranquila sobre tu teclado y disponerte a etiquetar tu día. Siempre te tranquilizó poner todo en palabras. Words, do come
easily.
Anoche mentiste. Bah, no fuiste exacta en tu post anterior. Cuando te disponías a apilar nuevamente tus libros - porque honestamente no sé qué te está pasando que estás tan desordenada con tus papeles - resultó que English Breakfast capturó tu noche derrotando contundentemente a Arte Menor, al igual que Serena destrozaba implacablemente a María Sharapova en tu TV ( o en Melbourne, si hablamos con propiedad) Así fue que te dormiste entre sus páginas, al son de Azules Turquesas, que siempre te pierde. Adorás dormir con música como cuando ponías la radio negra chiquitita abajo de la almohada para nunca jamás apagarla antes de dormirte. Ahora, tu nueva adquisición te permite programar Sleep y entregarte tranquila a las lujurias oníricas que sostienen tu cordura, so to speak.
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