Dans la nuit

Por que sí, de la nada, te asaltaron pensamientos que nunca antes se te habían ocurrido. Se fueron dando en un orden lógico, como casi siempre.

Primero, la historia repetida, repasar todo lo que tenés que hacer y preocuparte por la falta de tiempo.

Segundo, revisar si todo eso que tenés que hacer, es realmente tan importante como para desvelarte.

Tercero, descartar lo que no merece tu desvelo. Despejar el panorama.

Cuarto, preocuparte por lo que sí es urgente e impostergable y no admite dilación alguna ni a palos.

Quinto, ver cómo podés maximizar tu tiempo. Calcular las horas de sueño mínimas a las que no podés renunciar. De ninguna manera.

Sexto, calcular cuánto tiempo deberías dedicar a todo lo demás a lo que no podés (ni querés) renunciar . Acá perdés un poco de tiempo desviando tu pensamiento hacia otras cuestiones relacionadas con todo aquello a lo que principalmente no querés renunciar. Pero ahora no viene al caso detenerse aquí.

Séptimo, Te das vuelta en la cama y te invade la ráfaga de Addict 2 de Dior que te acaban de regalar inesperadamente y justo se llama Addict, qué casualidad que justo estés pensando en las cosas a las que no podés renunciar y.... bueno en fin... sigamos.

Octavo, momento de revelación. Repasando una vez más tu larga lista de obligaciones para la semana te asalta un pensamiento innovador. Descubrís que llenarte de obligaciones a futuro te obliga a permanecer viva. Es una buena manera de negociar tu permanencia en la tierra. Es decir, nada te puede pasar antes de que cumplas con todo lo que te propusiste. Es así de fácil. Tu extremado sentido de la responsabilidad y tu culto a la palabra empeñada, hacen que si tu calendario tiene vencimientos de todo tipo programados para los días venideros, tenés que estar acá, DEBES estar acá.

Qué fácil es no morir.

Noveno, mente en blanco. El octavo pensamiento te obnuviló.

Décimo, te dormiste de puro agotamiento cerebral.

Hoy te levantaste con sólo cinco horas de sueño en tu haber y mucho cansancio en tu debe. El tema fue que anoche invistaste a comer a tu dear mother, que vino de viaje y te trajo el Addict 2 de sorpresa con cajita de mini chocolatitos Villars típica de Duty Free incluída. El avión se retrasó por la historia esa de los radares pero eso no impidió que la comida saliera como lo planeaste sin que se note que ya empezabas a pensar en la larga lista de cosas por hacer para esta semana. Pero eso no importó, lo mínimo que se merecía tu mum era que vos renunciaras a tus horas de sueño tanto como hiciera falta para corresponder a su amor.

Dans la nuit: mezcla de Addict 2, chocolat noir y preocupaciones varias: resultado un intento de pensamiento justificador que no sólo no te solucionó tu agenda tupida, sino que agregó una buena razón para sentarte veinte minutos a escribir una entrada en tu blog.

Ahora debés ajustar tus cálculos.