A-G-O-T-A-D-O-R

Es salir toda una mañana de sábado por todo Buenos Aires con tu hija de 12 a buscar un vestido de fiesta. Para quien ya lo pasó, no tengo que explicar nada. Para las que no, paso a contar.

Sábado temprano, la despertás sigilosamente porque qué bueno es hacer un programa de mujeres. Las dos solitas, con expectativas de belleza femenina e ilusión de princesas en Disney World.



Todo marcha bien. Vos aprobás tu imagen en el espejo una y otra vez antes de salir. Se te ocurre que no podés salir a comprar ropa con y para tu hija sin verte sexy yourself. Sería un despropósto. La embelleceremos a ella pero vos tenés que ofrecer un marco acorde, obviamente.

Salis en el auto, con SU música que no es la tuya, pero no decís nada porque es su programa. Mañana de sol energizante, tal como adorás. Primero recorrerás los negocios cercanos por las dudas que haya algo tentador. Uno, dos, cinco, ocho. Nada. No hay nada que a la niña le devuelva la imagen que ella quiere ver. Se ve otra, se ve rara, se ve los cambios que su ropa abolsadamente modernosa nunca le dejan ver. Tu paciencia es infinita. A vos tampoco te convence nada demasiado. Ok, rumbeamos para otros lares. Paseo Alcorta podría llegar a ser. Es cerca, cómodo y ...Ok, hacia allá te dirigís con la mitad de energía que al salir de tu casa. La otra mitad quedó dividida en ocho partes iguales al entrar a cada uno de los ocho negocios ya descartados.

El shopping está tranquilo, tolerable. Menos mal. Un punto a favor. Pero como es de esperar, te econtrás no a uno, sino a tres conocidos que implican unos 15 minutos perdidos en la consabida "small talk", que siempre te divierte porque sos de smalltalkear pero hoy no. Hoy hubieras preferido no ver a nadie y liquidar el asunto lo antes posible. Pero eso raramente te sucederá, como ya todos tus allegados saben. No hay lugar en la tierra donde alguien no te conozca o viceversa, para malestar de tus acompañantes que siempre deben esperar que te saludes con dios y maría santísima. (Acá podría comenzar otra speculation como la de la lechuga fresca o la de ni fu ni fa, pero tu hija no se lo merece. Sigamos)

Local 1, local 2, local 3 local 10. Todas las marcas, todos los nombres, todos los modelos y colores y NINGUNO le gusta. A esta altura, pedís clemencia porque tenés esa costumbre de usar botas a partir del 21 de Marzo. Es como una ley que te autoimponés. OTOÑO, cambio de temporada, cambio de vestuario, cambio de varias cosas que estás aun ordenando en tu biorritmo estivo-otoñal.

Llega un momento en el que ROGAS que tu baby diga VAMOS. O sea, vos no podés ser quien proponga la huída ya que el tema no está resuelto. Preferís que sea ella quien abandone por hoy. Además tenés un almuerzo y aunque ya avisaste que llegarías más tarde,te urge estar ahí, sentada, tomando algo reparador, charlando de lo que sea con los invitados y olvidando el speech que venís repitiendo hace nada más y nada menos que DIECIOCHO NEGOCIOS. Ya no te queda resto.

Por suerte hay tiempo y podés llegar a salir unas dos o tres veces más. Lo que te preocupa es dónde podrás conseguir lo que ella quiere antes de que ella sepa qué es lo que quiere, ya que esto es improbable que suceda a la brevedad dada su adolescencia incipiente. Empresa difícil de llevar a cabo. También te preguntás más de una vez por qué los diseñadores no piensan nunca en el target de 12 a 14. Todo se ve ridículamente inapropiado para una chica de esa edad y encima te resistís sobremanera a vestirla de grande, a brillantinarla con canutillos y/o lentejuelas.
SIMPLEMENTE NECESITAS ALGO LINDO, SIMPLE, ARREGLADO PERO PARA DOCE AÑOS!!! Es tan difícil de entender??????

Is there anybody out there??? pedían desesperadamente en THE WALL. Vos agregarías... who designs clothes and has a 12-year-old daughter who has a party and needs to get smartly dressed?

Conclusión: Necesitás intentar en el lugar adecuado, donde un vestidito de fiesta esté esperando para embellecer a tu niña aun más. Take it easy. Ya sucederá. Sólo debés recuperar los 18 puntos energéticos que dejaste tendidos por ahí, hoy sábado antes de emprender la próxima búsqueda al estilo Indiana Jones y el vestido de la perdición.