MISCELANEO

En desorden, a esto se redujo tu fin de semana largo:


1) Más horas de sueño que lo común en vos. No sabés si te descansa o te agobia dormir más. En todo caso, es saludable cumplir las ocho horas, dicen.
2) Ver Letters from Iwo Jima, en contra de tu promesa de no ver más films de guerra.
3) Ver Los Fantasmas de Goya para después internarte a comprobar cuánta verdad histórica hay en el film.
4) Comer al sol en un lugar lindo que él reservó con esmero y dedicación, lo cual te mejora notablemente el humor y te predispone a.
5) Visitar el MAT, novecento 100% para imaginarte situaciones de otros tiempos y lidiar con tu little girl que últimamente se aburre de todo lo que esté afuera de su cuarto. Ni Spilimbergo ni Castagnino ayudan demasiado para que ella recupere el entusiasmo.
6) Hablar por teléfono con todos los que te esperaban para romper huevos de Pascuas, mientras comés huevos de Pascuas en tu casa y agradecés haberte salvado de horas de letargo en las rutas argentinas.
7) Potpourri de lectura sin profundizar demasiado en nada. Te quedás con la idea de hermenéutica y la construcción de significados. Pensás en eso, te gusta siempre especular.
8) Gym, of course, para descubrir que tu ejercicio con barra no era CUL sino CURL!!!
9) Seguir hablando por teléfono au chocolat.
10)No entender por qué pasan estas cosas tan violentamente espantosas.
11)Hablar con Dios de todo un poco. Pedirle si puede hacer algo por evitar la violencia.
12)Jugar algunos de tus juegos para no pensar en nada más que en jugar.
13)Hablar con un ex-vecino que te encontraste en el gym. Qué simpático sigue siendo.
14)Caminar por todos los puestos de Palermo Hollywood en el medio de decenas de policías enfrentados pacíficamente por puesteros enojadísimos que reclaman su derecho al trabajo en alto parlantes desafinados y toscos. Asombrarte por la indiferencia de todo el mundo que siguió ahí sentado pidiéndo más drinks, sacando fotos de las excentricidades porteñas o comprando moda vintage en el medio del caos. Comprarte algo lindo vos también, ¿por qué no? En otro momento habrías huído del lugar despavoridamente. Esta vez, no sólo te quedaste, sino que hasta hablaste con un vendedor para saber de qué se trataba la protesta. Sólo cambiaste el auto de lugar, just in case.
15) Dedicar unas cuantas horas a terminar de delinear el trabajo que harás en unos días ya que está confirmado. Sentir el placer de siempre cuando terminás tu tarea y te gusta lo que hiciste.
16) Llevar a C. a la modista porque obviamente no encontraste el vestido justo para ella y decidiste mandárselo a hacer. La prueba fue una evidencia más de que tu baby ya no es baby, sino la personificación de la pre-adolescencia en su máximo exponente y vos ahí esforzándote para que no se note demasiado que le aburre todo lo que no está adentro de su cuarto, incluyendo a la modista.
17) Deslizarte de a poco hacia el lunes que está por venir.

18) Y en medio de todo eso y recurrentemente, pensar en cómo pasa el tiempo... cuán rápidamente hoy es ayer y mañana es hoy-ayer-antesdeayer-hace-un-mes, el-año-pasado...antes.

Después pasa a ser antes en cualquier momento.


En breves instantes, esta entrada pasará a engrosar los older posts y alguien, sin reparar en el significado del devenir, hará click en ella para ver qué escribías hace un par de meses cuando hoy aun era hoy y vos estabas acá sentada, a mi lado, dictándome estas palabras que ya casi nadie recuerda.