GOOD FRIDAY

Te gusta que este día se llame así en tu calendario. Aunque pensándolo bien, todos tus Fridays son really good, como para la mayoría de la gente que se levanta los viernes con esperanzas renovadas. No se sabe muy bien qué es lo que prometen los fines de semana, ni por qué la vida debería ser mejor, pero sí es un hecho que casi toda la humanidad los espera con ansias.

En tu caso, no siempre es así. No tenés demasiado definido el tema de tus preferencias en cuanto a días de semana. A menudo tus días más cargados de actividad suelen ser los más fructíferos, los que más te colman, los que te llevan a la cama al fin de la jornada con una sensación de haber vivido intensamente.

Claro que los fines de semana tienen lo suyo, pero hay días, como hoy, que se presentan tranquilos, sin demasiados planes más que un par de dvd's que yacen despreocupadamente por ahí para ver a alguna hora cualquiera (porque ni siquiera hay apuro por devolverlos), un par de libros en tu mesa de luz que mucho no te convencen y son de esos que leés porque no dejás nada inconcluso jamás, la computadora ya harto incorporada a tu rutina (harto por enfático, no por hartazgo,suponés) y no mucho más. Hoy no hay planes al margen de las dos horas que deberás dedicar a ir a Pilar a buscar a tu little girl que no tuvo mejor idea que irse a dormir a lo de una amiga cuyos padres decidieron optar por el estilo country (diría la revista Living)

Vos, agradecida por estos programas chinos que tu baby arma casi sin consultarte porque tu celular estaba unreachable !!!????? Todo sea por su bien.

Se te ocurre que la vida debe tener estos momentos light en los que no pasa casi nada demasiado importante, ni demasiado excitante, ni demasiado conmovedor. Si no quién entendería que preferís que los mind-blowing momentos sean pocos porque si no qué sería de vos. De todos modos, seguís pensando que la vida es mucho más atractiva cuando hay mucho por hacer, quizá por esa cosa del no morir tan fácilmente. El ocio vacío de contenido no es más que un hangover después del vaivén de la ocupación que te deja así como dizzy, como plenamente adrenalinosa. Y luego la calma. Suponés que será compensatoria y te entregás sin demasiada protesta aunque con un poco de desasociego.

En definitiva, hoy no hay mucho ruido más que el background de alguna tv de la casa con los comentarios de la Copa Davis, voces masculinas que comentan on top, el ronroneo de tu cpu y los pajaritos de siempre en el árbol que da a tu terraza, que al estar todo abierto - porque sigue haciendo calorrrrrrrrr - te cantan casi al oído.

Conclusión: no sabés muy bien cómo funcionar con una agenda tan laxa. La preferís apretada, abarrotada, casi sin lugar para un pensamiento desequilibrante. Se te aparece la imagen de una equilibrista - casi siempre china - que se bambolea on the tightrope. No puede parar, no existe parar. Si para por completo, puede caerse. La cosa sería lograr esa milésima de segundo en la que casi no respira para no modificar el perfecto equilibrio. TOTAL STILLNESS. Eso es lo que vos jamás podés lograr. Exactamente eso. Es bueno saberlo.




Igualmente, acabás de declarar que nada ni nadie, incluyéndote a vos misma (lo cual sería lo peor), arruinará el tono sereno de este Good Friday que casi acaba de comenzar con esta sana reflexión.