VESTIR DIOSAS

ONA SAEZ Y UMA se encargaron esta vez de endiosarlas a vos y a tu baby C que lucía radiante para la fiesta de anoche. Verla feliz, compartiendo una noche mágica junto a sus amiguísimas, te bastó para compensar tanto desgaste, tantas horas invertidas, tanta producción de imagen, tanta preocupación por detalles que la noche va borrando sin piedad y que al día siguiente se tornan insustanciales.

Llegar exhaustas, cinco de la mañana y sentarse en tu cama a charlar y a hacer una sesión de fotos ultrafemenina, trasnochada. C te abraza y te da besos fuertes, de esos reemplazan a las palabras y te agradecen por haber puesto toda tu energía para que su noche sea tan especial.

Verla tan mujer con su vestido negro, su pelo largo desfallecido sobre sus hombros después de tanta agitación, abrazada al oso de peluche que le regaló F, con carita de sueño. Sentir que la vida está empujando a C a cruzar el umbral de la vida adulta mientras ella se aferra a su niñez.

Quererla. Quererla. Quererla tanto como para que tus penurias valgan la pena, valga la redundancia.

Por ella...definitivamente.