18.10.07

FAREWELL TO CARS


Y si... las cosas llegan y se van. A eso te has ido acostumbrando desde que naciste. En algún momento aquel glorioso objeto, lugar y/o persona, se aleja de tu vida y lo que solía ser casi parte incorporada a tu cuerpo, viaja por otros lares, recorre otros caminos, se ve habitado por otros seres...

De todos modos, no podrías estar más convencida de la presencia que dejás en cada uno de esos objetos, lugares y/o personas y por supuesto, no ignorás la huella que queda en vos for good. Los defensores de la física cuántica, dirían que lo que se fue, 
puede no haberse ido y no están tan errados.

Tu autito partió lejos, lo dejaste ir para que transporte otros cuerpos, guíe otras historias, enlace otros lugares donde no estarás. Se llevó tu perfume, el hueco de tu peso en la butaca, tus fingerprints en el volante, tu sello, indiscutiblemente tuyo.

De él te queda la memoria de cada una de las calles que recorrieron juntos, las historias que contaste o te contaron mientras avanzabas por la ciudad, la música que sonó de ida y de vuelta, la gente que te acompañó, las ansias de llegar y de irte que él siempre respetó sin titubear.

You've been so faithful.
You've been so kind
You've been so loyal
My little car...






1 comment:

Menta Ligera said...

Tengo una materia pendiente y es que no se manejar. Puedo tocar el piano, hablar ingles mas o menos decentemente, amasar unas pizzas riquisimas, bordar tapices y hacer la vertical... pero no se manejar. En realidad si, un poco, puedo ponerlo en marcha y andar derecho en una calle desolada pero ni ahi logro estacionar. Igual creeme que te entiendo porque separarse de las cosas que tienen un poquito de uno mismo, no es nada pero nada facil.