FLY SAFE
Eso es lo que le hubieras dicho a tu baby antes de que abordara su avión Londres - Buenos Aires No lo dijiste pero lo pensaste durante toda la noche mientras dabas vueltas en la almohada con cualquier excusa. Tu cel, tu tel y tu mente fueron cuidadosamente programados para despertarte a las 8 am. Tus cálculos cerraban perfectamente:
de 8 a 8.15 retorno a la lucidez diurna (o ensayo de)
de 8.15 a 8.30 menesteres varios en tu sal de bain (influencia Bruni - Sarkozy)
de 8.30 a 8.45 desayuno con titulares (también hay algo de la pareja idem)
de 8.45 a 9.45 milanesas con puré (seguramente es lo que M más
extrañó durante su gira por the UK)
de 9.45 a 10.45 acicalamiento femenino para ir al encuentro de M (no tuviste en cuenta que tu ánimo requeriría varios cambios de atuendo, nothing seems to be fit for the ocassion dear M y lo peor de todo es que cuando elegiste un vestidito veraniego que contrastaría muy bien con el invierno Londinense que seguramente traería M, entró tu querida C a tu cuarto y con su últimamente-muy-bien-afinado-tono-crítico-de-descubrimiento-de-madre-desde-la -perspectiva-adolescente-que-tanto-te-agrrrrrrrrrrrrrada, y dijo "Ay mamá, vas a ir con ese vestido??? Parece que fueras a la playa!" Bastó que terminara la última sílaba para que vos te zambulleras en tu placard con desesperación tic-tac a buscar algo que te sentara mejor y modificara la cara de desaprobación con la que te miró tu pequeña fashion expert. Este episodio se apartó de tus cálculos pero como es bien sabido, los aeropuertos de Buenos Aires se jactan de no cumplir nunca con el horario que figura en el ticket de embarque, con lo cual, el avión llegó casi una hora después de lo previsto.
Antes del abrazo con tu propio hijito, sentiste cada uno de los abrazos que sucedieron ante tu mirada. Una hora de espera te dio tiempo de sobra para vivir los encuentros de muchos seres que se habían extrañado y que hoy se reunían con una emoción quizá menor a la tuya. Ya explicaste varias veces cuán propensa te has vuelto al lagrimeo, ni te cuento lo que te pasa cuando vas a un aeropuerto y ves amantes enardecidos, chiquitos que corren al encuentro de sus papás y/o mamás, hermanos/as que no se han visto por años, historias que vos tejes al ser testigo de esos encuentros, preámbulos del encuentro que te espera.
Agradecida, ves llegar a M con carita feliz y carro cargado entre los aplausos de otros padres que esperan tan ansiosos como vos. "Tiene cara de hombre, " deslizó tu madre. No se equivocó. M ejerció el dominio sobre sí mismo durante quince gloriosos días en los que recorrió Escocia e Inglaterra con amigos, y a veces solo mientras se nutría de siglos de cultura, arte, historia y pasión.
Vos feliz por haber podido vehiculizar los sueños de M.
Escuchás sus apasionados relatos
con tranquilidad al comprobar que M
sabe gozar y sabe cómo empaparse de las maravillas
que hay por ahí,
que de rebote,
te han salipicado durante toda la tarde.
BIENVENIDO, DEAR M.
de 8 a 8.15 retorno a la lucidez diurna (o ensayo de)
de 8.15 a 8.30 menesteres varios en tu sal de bain (influencia Bruni - Sarkozy)
de 8.30 a 8.45 desayuno con titulares (también hay algo de la pareja idem)
de 8.45 a 9.45 milanesas con puré (seguramente es lo que M más
extrañó durante su gira por the UK)
de 9.45 a 10.45 acicalamiento femenino para ir al encuentro de M (no tuviste en cuenta que tu ánimo requeriría varios cambios de atuendo, nothing seems to be fit for the ocassion dear M y lo peor de todo es que cuando elegiste un vestidito veraniego que contrastaría muy bien con el invierno Londinense que seguramente traería M, entró tu querida C a tu cuarto y con su últimamente-muy-bien-afinado-tono-crítico-de-descubrimiento-de-madre-desde-la -perspectiva-adolescente-que-tanto-te-agrrrrrrrrrrrrrada, y dijo "Ay mamá, vas a ir con ese vestido??? Parece que fueras a la playa!" Bastó que terminara la última sílaba para que vos te zambulleras en tu placard con desesperación tic-tac a buscar algo que te sentara mejor y modificara la cara de desaprobación con la que te miró tu pequeña fashion expert. Este episodio se apartó de tus cálculos pero como es bien sabido, los aeropuertos de Buenos Aires se jactan de no cumplir nunca con el horario que figura en el ticket de embarque, con lo cual, el avión llegó casi una hora después de lo previsto.
Antes del abrazo con tu propio hijito, sentiste cada uno de los abrazos que sucedieron ante tu mirada. Una hora de espera te dio tiempo de sobra para vivir los encuentros de muchos seres que se habían extrañado y que hoy se reunían con una emoción quizá menor a la tuya. Ya explicaste varias veces cuán propensa te has vuelto al lagrimeo, ni te cuento lo que te pasa cuando vas a un aeropuerto y ves amantes enardecidos, chiquitos que corren al encuentro de sus papás y/o mamás, hermanos/as que no se han visto por años, historias que vos tejes al ser testigo de esos encuentros, preámbulos del encuentro que te espera.
Agradecida, ves llegar a M con carita feliz y carro cargado entre los aplausos de otros padres que esperan tan ansiosos como vos. "Tiene cara de hombre, " deslizó tu madre. No se equivocó. M ejerció el dominio sobre sí mismo durante quince gloriosos días en los que recorrió Escocia e Inglaterra con amigos, y a veces solo mientras se nutría de siglos de cultura, arte, historia y pasión.
Vos feliz por haber podido vehiculizar los sueños de M.
Escuchás sus apasionados relatos
con tranquilidad al comprobar que M
sabe gozar y sabe cómo empaparse de las maravillas
que hay por ahí,
que de rebote,
te han salipicado durante toda la tarde.
BIENVENIDO, DEAR M.
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