5.6.07

COSA TONTA 14

Vas por la calle con ritmo de martes-con-agenda-semi-repleta y ropa de entrenar que no se nota porque está escondida debajo de todo lo que te pusiste para protegerte del frío, que hoy no hace tanto, pero no sabías.

La primera cosa tonta que pensás es que cómo puede ser que te hayas resistido tanto a abrigarte cuando eras chica (esto se traduce en eternas discusiones con tu madre que se empecinaba en cerrarte el cuello de las camisas porque en invierno no hay que ni respirar para que no te entre aire helado en la garganta!!! dicho con ese énfasis que sólo reconocés años después en vos misma cuando repetís un discurso parecido al despedir a tu propio hijo en la misma situación UFA con This circle of life) a pesar de tu rebeldía adolescente de aquel entonces, Ahora nada te alcanza para cubrirte íntegra. Es más, hasta te diría que te encanta usar bufanda, guantes, triple buzos y remeras varias. Te alegra tener los oídos siempre tapados por los auriculares que cumplen la función de tapitas con toda elegancia.

( Confesás que ibas a escribir lo siguiente " Te alegra tener los oídos siempre tapados por los auriculares que hacen las veces de tapitas" pero te sonó tan feo y tan ajeno a vos que aplastaste la frase con el cursor hasta que no quedó nada de ella, como corresponde con lo que no cuaja. Si no, vas a terminar pareciéndote a ese amigo que tuviste alguna vez que vivía diciendo " a la postre" con esos labios gordos, colorados y salivosos y por ese pequeño detalle te alejaste de él for good.)

Retomando el hilo de la cosa tonta, lo que te concierne hoy es otro fenómeno concatenado, de esos que innundan tu vida a diario. Ibas, como decía antes, por la calle con aire decidido, pensando en temas varios, como por ejemplo ¿por qué te habrás ganado una beca justo ahora que el famoso ingreso de C te tiene tan ocupada, más todo tu trabajo y lo de siempre? Siempre festejarás el triunfo, pero en este caso particular, por dos meses tendrás que exprimir tus horas aun más que de costumbre para poder cumplir con todo sin opacarte jamás. En fin...de ahí pasás a pensar en tus dientes porque claro, ahora que estás en plena etapa de iluminar tu sonrisa (¿hará falta?) te preguntás si esto está dando resultado, si durará, si el gel será el que corresponde y así vas por la calle, ensimismada, cuando alguien te estrecha los brazos y emite un "¿Qué hacés mujer, tanto tiempo?" Tus ojos te devuelven a un buenmozote de ojos azules que siempre luce como en pleno Enero, no matter what. Está grande, obviamente, pero sigue teniendo su carita igual que a los 18. El susodicho es A.O.P, el primer novio de tu dear sister, muy querido por todo el clan M. Charlás un rato y aunque todo el tiempo tenés la pregunta en la punta de la lengua, no podés, no da, ni ahí. Te callás la boca, saludás y te vas preguntándote por qué no le dejaste ver tus dientes para que opine. Siendo odontólogo, tiene autoridad y seguramente habría sido totalmente honesto en su apreciación. Pero no, te vas pensando que estuviste bien en reprimir tu impulso. Hubiera sido ridículo abrir la boca en plena esquina a las ocho de la mañana para mostrale tu dentadura al ex de tu hermana esperando que él reafirme tus convicciones.

NO WAY. Eso sí que hubiera sido un desatino, un atropello a la razón, una cosa bien tonta. Menos mal que todavía conservás el juicio.   



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