VARIETE

Que en tu vida haya siempre un poco de todo, te encanta. Será porque nunca soportaste la monotonía, ni estarías dispuesta a someterte a ella.

3 de la mañana. Fin de fiesta.

Amigos, familia, comidita rica, el florero largo que compraste esta semana armado con un touch de creatividad, decorando ese rincón de modo tan sutil. 

Velitas por todos los rincones encendidas con los deditos inexpertos 
de C.  Perfecto.

Él, dándole la bienvenida a un nuevo año, contento. Vos, también. Clima de celebración. Nadie nota tu cansancio, ni vos. Qué bien disimulás tus dark sides. Tan bien que hasta vos te olvidás entregándote al hedonismo de sábado a la noche.

Ahora te disponés a terminar tu día, no sin antes dejar testimonio de la jornada y aclarar que, como siempre, antes de retirarte a tus aposentos, te encargaste de dejar la casa en armonía, balancear los aromas, oxigenar las manchas para que al amanecer hayan desaparecido, dar volumen a los almohadones que todos aplanaron con especial talento (sí, sí, sufriste por no haber sacado del sillón grande el almohadoncito que compraste en Pottery Barn, ese que adorás y que hoy revoloteó de mano en mano) 

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¿Por dónde ibas?

Bueno, perdiste el hilo de lo que decías y no pienso releer para recuperarlo.
 

Podéis ir en paz.